La inculturación de la oración maya

Guadalupe ACATILA MENDEZ, 50 años, Mejicana, después de una formación de tres años en el HIFIM de Montreal, terminó sus estudios en psicología social en México. Actualmente, vive en Chiapas, y está muy comprometida en pastoral con jóvenes.

¿Conocen la región del Chiapas? Región muy cosmopolita donde viven Amerindios  de la cultura Maya. Es un pueblo de montañas que luchan contra los poderosos, así como el mismo gobierno mejicano que quisiera eliminarlos.
Mejicana de origen, recién llegada en esta nueva región totalmente desconocida por mí, es toda una experiencia el penetrar en esta cultura Maya.
Lo que me integra a mis hermanas y hermanos indígenas, es el contacto que tienen con Dios, Padre y Madre, como lo llaman en su oración.

En una oración de grupo que animan los Principales con sus esposas; toman la palabra, se les reconoce como las personas que guardan el conocimiento de sus raíces al relacionarse con Dios. Es con un fondo de música instrumental tradicional con el Arpa, guitarrón.
El sentido de ésta es que su conversación viene del corazón en un tiempo fuerte de intercesión, de súplica o acción de gracias: por sus familias, sus comunidades,  en fin por todo el mundo.
La intercesión de perdón por el daño que se hace o hacemos con la Madre Tierra, es muy importante.
Su tiempo de oración  puede durar hasta 40 minutos o más de rodillas, con el uso de los signos naturales que tomen todo su significado (el agua, el aire, la tierra, el maíz). Para finalizarla nos ponemos en pie y danzamos con la música tradicional de forma sencilla y que puede ser muy larga. Tienen todo el tiempo… para con Dios.
Aprendí muchísimo de ellos y continuo impregnándome de sencillez, su humildad. Me enseñan la oración como un camino de liberación y comunión.
En mi trato con los jóvenes que pueden tener la tentación de la modernidad, me esmero en mostrarles la riqueza de su tradición, de su cultura que no son incompatibles con una modernidad ajustada.

Doy gracias por esta misión en el corazón del Chiapas donde estoy invitada a encarnar nuestro carisma: Anunciar a un Dios Amor que une y libera.