Jesús Libertador

Libertadores, se han visto a varios a lo largo de la historia: ciertos, con justicia, altamente apreciados, porque nos liberaron de los opresores y de toda clase de esclavitudes; otros, más ambiguos, querían liberarnos de nuestros bienes, de nuestra autonomía hasta de nuestra libertad.

Dios quiere que estemos libres, pero realmente libres, no solamente en la superficie. El vino en la profundidad de nuestra carne. El nos envió a su Hijo como libertador, El nos enseñarnos « la verdad les hará libres » (Evangelio de San Juan, capítulo 8, versículo 32) ¿Cuál es esta verdad y de que nos liberará?

Un elemento de la respuesta es que Jesús quiere enseñarnos a considerar las cosas y las personas en nuestro alrededor en verdad, a considerarlas por lo que son realmente.

Quiere liberarnos de todos los ídolos que fabricamos en nuestro entorno y que siempre veneramos sin cesar y sin verdadero motivo. No se trata de no considerar al mundo en nuestro alrededor, lejos de eso. Se tiene que comprender justamente que las cosas de este mundo no son todo, a pesar de su utilidad, de su necesidad y hasta del gozo que procuran. Además, las personas no son ni cosas ni dioses.

En el seguimiento de Jesús, es otra mirada sobre el mundo que debemos tener; quizás una liberación no tan inmediata pero más perene, que ningún progreso económico o tecnológico no podrá nunca procuramos. Es un mundo sin idolatría en el cual Cristo quiere llevarnos. Podremos ver allí el reflejo de la belleza de Dios en cada una de sus criaturas.

Hno. Marc Bellion
Adviento en la ciudad, meditación del 13 de diciembre de 2012

http://www.aventdanslaville.org/date___2012-12-13